Definitivamente de todos los mitos de alimentación este es el que más daño ha hecho a la salud, sobre todo de las mujeres. El creer que dejar de cenar adelgaza, solo produce más hambre acumulado durante el día siguiente, con una profunda insatisfacción al comer, debido a que, cuando nos saltamos una comida, nuestro cerebro y nuestro cuerpo busca compensar en las demás ingestas, haciendo que estas aumenten en cantidad y disminuya muchas veces la calidad.
Muchas personas sostienen que todo lo que consumamos después de las 8 de la tarde, se almacena en nuestras caderas. Las calorías son calorías, sin importar el horario en que las consumimos. Lo que es importante es que te detengas a ver la calidad y la cantidad de lo que comes.
No hay evidencia de que la pérdida de peso se vea alterado por la frecuencia de comidas o por el horario consumido. Sin embargo, si existen evidencias científicas que mantienen que las calorías que debemos de consumir varían según tu edad, peso y actividad física. Ahora bien, cenar alimentos ligeros, en porciones normales es una buena idea para conciliar el sueño.
Recomendaciones de cenas ligeras:
- Un plato de judías verdes y una patata mediana al vapor con dos huevos duros. Adereza con sal y un toque de AOVE
- Salmón a la plancha con brócol al vapor y 1/2 taza de arroz integral
- Hamburguesa vegetal (o pavo) con 1 remolacha cocida y 3 dedos de barra de pan
- Merluza a la plancha con 1 trozo de calabaza hervida (que ocupe 1/4 de plato) y 1/4 de plato de quinoa
- Lentejas rojas cocinadas con verduras: cebolla, calabacín, zanahoria
- Tortilla de 1 calabacín con 1/2 cebolla y 2 huevos (también puedes intercalar el calabacín con berenjena, brócol, espárragos, espinacas o acelgas, depende de la temporada.
No olvides lo más importante: «cuando comas, solo come»
No dejes de lado a tu cerebro, invítalo a estar presente a la hora de comer.
karinavarela.com