Has quedado a comer en uno de los mejores restaurantes italianos de la ciudad, donde preparan tu pizza preferida, con masa fina en horno de piedra a fuego lento, con productos frescos y un sabor inigualable.
Apenas llegas al restaurante tu hambre se acelera y empiezas a estar impaciente por los olores: la masa casera, el tomate recién hecho, las hierbas aromáticas: el orégano, la albahaca, el peperoncino.
Decides tomar tu pizza preferida. Cuando llega a la mesa sientes como se incrementa tu hambre con solo verla y olerla de cerca. El color intenso del tomate fresco, el queso mozzarella derretido, los trozos de champiñones y rucula. Con solo verla y olerla, podrías decir que ya la has probado.
Le das el primer bocado y sientes una explosión de sabores en tu boca. Tu boca quiere más de ese alimento, mucho más. Mientras vas comiendo, empiezas a comentar a tu amiga lo deliciosa que esta y con ese sabor evocas otros momentos donde habías comido una pizza parecida y recuerdas tu ultimo viaje a roma, empiezas a contar con lujo de detalles tu estadía, los sitios que visitaste y, sin darte cuenta, miras el plato ¡y está vacío! ¿Qué ha pasado con mi pizza?
Tras unos pocos bocados, has dejado de saborearla, porque estabas hablando, recordando aquella vivencia, ocupando tu mente en el pasado.
El hambre de tu boca no ha sido satisfecha, tu boca sigue queriendo de ese alimento ¡como si no hubieses comido!
Esto nos pasa una y otra vez, cuando comemos viendo la televisión o la tablet, o el mobil o inclusive leyendo un libro. Eso es comer inconsciente. En el momento que estamos comiendo de más, el estómago se queja «me duele, estoy lleno, deja de comer más por favor» pero tu boca quiere seguir pidiendo sentir más comida en la boca: «¡dejame en paz! quiero seguir comiendo de este alimento, aún no estoy satisfecho»
Es algo que hacemos todos, de forma repetida y sin darnos cuenta. La buena noticia es que podemos aprender a cambiarlo ¿quieres saber cómo? solo necesitas unos pequeños minutos al día para comer atento.
Comer en consciencia un alimento, puede ser el principio del cambio de tu relación con la comida.
Prueba a comer en silencio, sin distraerte, con la mente en la boca, un pequeño alimento: una fresa, una almendra, un trozo de chocolate y disfruta de la explosión de sabor de este alimento.
Te invito a que primero te acerques el alimento a tu nariz y lo huelas intensamente, tomate tu tiempo. Seguidamente, introdúcelo en la boca, siéntelo, sin morder y, paso seguido dale un mordisco, pero solo uno. Luego expande el sabor mordiéndolo una otra y vez, sin prisa. Concentra tu mente en la boca y abre la consciencia a todas las texturas, los olores, los sonidos que hace el alimento al masticarlo y entrégate a las sensaciones gustativas. Has que ese momento sea tu fiesta privada de degustación.
Si quieres sentirte satisfecha al comer, debes invitar a tu mente
5 comentarios
Voy a probar tu consejo porque yo como sin consciencia y no disfruto. Y me ha encantado tu post.
Gracias
Muy bien explicado. Cuando comemos de forma inconsciente siempre nos quedamos insatifechos. Comer de manera consciente es el camino para la satisfacción y descubrir que con mucho menos son sentimos saciados.
Gracias
Que cierto esto de comer inconscientemente. Voy a practicar tener atención plena en las comidas!