Cuantas veces nos quedamos atrapados en un «Y si…» no soy capaz, y si no llego, y si me enfermo, y si no puedo hacerlo como los demás…
Nos acostumbramos a vivir en la zona de confort, porque allí nos sentimos seguros, porque allí sentimos que controlamos nuestro presente y nuestro futuro, sin embargo, cuando por necesidad, o cuando simplemente la vida, te saca de esa zona sin pedirte permiso, nos empezamos a sentir perdidos, empequeñecidos ante el cambio, atormentados generalmente por pensamientos como: «no hay salida, no soy capaz de salir de esto, todo lo malo me pasa a mi, no he nacido para ser feliz»
Se ha demostrado con técnicas de radioimunoensayo y neuroimagen, que cuando nos hablamos esa manera la sangre se llena de cortisol y el cerebro de glutamato, produciendo muerte neuronal. Esto nos produce distorsión en los pensamientos, lentitud y confusión en la toma de decisiones, cambio de humor e irritabilidad, bloqueos mentales y además, paraliza nuestro sistema digestivo, ocasionando múltiples patologías como: dispepsias, úlceras, inflamación intestinal: colón irritable, diverticulitis, intolerancias alimenticias. También bloquea nuestro sistema inmune, ataca los leucocitos, los glóbulos rojos y disminuye los telómeros.
Por el contrario, cuando somos capaces de afrontar estos cambios, inclusive a pesar del miedo a lo desconocido, esta demostrado que en nuestro cuerpo se empiezan a activar genes rápidos en menos en 4 horas. Aparecen nuevas conexiones neuronales y comparten más información de coherencia cerebral, nos convertimos en seres más inteligentes. Las células madres empiezan a emigrar hacia el hipocampo, que es el centro que controla el miedo, segregando dopamina, la hormona de la confianza y la motivación. Se desarrolla la neurogéneis (aprender más de prisa) y aumenta el riego sanguíneo en el área pre-frontal del cerebro, acto seguido empiezas a pensar con más claridad y te vuelves más rápido en la toma de decisiones.
Por eso es tan importante que salgas de tu zona de confort. Pregúntate: «¿Cuál es el paso más pequeño que me atrevo a dar ahora, fuera de mi zona de confort?» Empezar a buscar un trabajo que te guste más, empezar hacer algún cambio de hábito saludables como hacer un paseo cada tarde, o comer más verdura, por ejemplo. Cualquier paso por pequeño que sea te hará ver tu coraje y tus talentos para afrontar la vida y te sentirás motivado hacer más cambios.
Cuando despertamos energías dormidas y descubrimos la grandeza que hay dentro de cada uno de nosotros, es cuando nuestro cerebro y nuestro corazón encuentran coherencia y empiezas a sentir la verdadera dicha de estar vivo.