Seguro que has escuchado a alguien decir que ha adelgazado porque ha cambiado sus hábitos alimenticios, suena bien ¿no?
Además lleva implícito que seguro come más saludable. Si tienes confianza y le preguntas cómo lo ha hecho, inclusive te puede contar todas las cosas que ha cambiado en su alimentación y parece fácil ¡Ja! Nada más lejos de la realidad.
Cambiar de hábitos de alimentación es como si un día te cierran la ruta para el trabajo por obras y además, también te cierran la ruta alternativa, esa que usamos a veces si encuentras atasco. Sabes que cada día has de estar muy consciente para no ir por esas rutas «conocidas» porque a la mínima que te despistas, te vuelves a conseguir con la calle cerrada.
Cuando ya lo has conseguido, visto desde fuera parece sencillo, pero requiere de trabajo, compromiso y constancia.
Te voy a dar pequeños pasos que te conducirán a conseguir cambiar de hábitos, yo los he probado en mí y en cientos de personas que han pasado por mi consulta y te puedo asegurar que funcionan.
5 tips para cambiar tus hábitos alimenticios
- Planifica tu vida. Empieza por decidir ¿Qué quieres conseguir? Define tu objetivo y a partir de aquí traza un plan de ruta. Si quieres llevar una vida saludable, cambiando tus hábitos, señala cuales son los nuevos hábitos que quieres sustituir, por ejemplo: llego cada día tarde al trabajo y muy cansada ¿Qué quiero? Llegar a tiempo y con energía al trabajo cada día. ¿Cómo lo voy a conseguir? Acostándome media hora antes, levantándome media hora antes y salir con tiempo de casa, para no estresarme en el camino y llegar tan cansada. Lo mismo con el ejercicio físico y la buena alimentación, con descansar y con nutrirte a nivel intelectual y social. Traza un plan y empieza con pequeñas acciones que te conduzcan a tu objetivo
- Visualiza. Encuentra tu forma de recordar cada día tu objetivo, a dónde quieres ir. Puede ser una foto de google, de revista o una foto tuya cuando estabas más activa. Hay personas que prefieren poner papeles por la casa o un plan de ruta con imágenes en un corcho en su habitación. En cuanto a la alimentación, te recomiendo que hagas un menú, con el que planificarás la compra y pégalo en tu nevera, para que puedas tener un plan de ruta a nivel alimenticio.
- Anticípate a las reuniones sociales. Si sabes que va haber mucha comida de esa que ya no quieres comer y te vas a dejar llevar, no vayas con hambre, para que no te tienten cosas de las que luego te vas arrepentir. Si es un pica pica y puedes elegir y ponerlo en un plato, hazlo. El cerebro tiene que ver lo que estás comiendo, de otra forma, no se entera y comerás sin parar, hasta que ya sientas que te has pasado y como consecuencia te sentirás mal.
- Acaba con la culpa. Si eres capaz de elegir lo que quieres comer, la satisfacción al terminar de comer, está garantizada, si no lo haces, te sentirás mal. Te recomiendo que antes de elegir un alimento, sea el que sea, te preguntes: ¿Es esto lo que quiero comer ahora? ¿Es este el alimento que me cuida y me respeta en este momento? Si la respuesta es afirmativa, adelante. Si no lo es, piénsatelo, porque el resultado puede ser insatisfacción y culpa.
- Vive el momento presente y agradece. Cuando somos capaces de planificar una ruta hacía un destino en concreto y caminar, a nuestro paso, hacia él, somos capaces de disfrutar del camino viviendo el presente. Hay muchas técnicas para estar en el presente, yo os hablaré del mindfulness. A través de la meditación, podemos conectar con nuestro verdadero yo. Los científicos han estudiado que, a través de la meditación podemos conseguir más interocepción, que no es más que la capacidad de sentir las señales que nos envía nuestro cuerpo. En un estudio de la Universidad de Cambridge, reunieron un grupo de personas y se les pidió que, durante un minuto, cerraran los ojos y se concentrarán en el palpitar de su corazón. Más o menos el 50% lo consiguió y el otro 50% no. Los separaron en dos grupos de personas, unos que tenían una buena interocepción y otro que carecía de ella y se siguió este grupo durante un par de años. Lo más interesante es que quienes tenían buena interecepción, tomaron decisiones favorables mucho más frecuentes que quienes no la tenían. La conclusión de este experimento, es que quienes tienen capacidad de detectar, decodificar y procesar los mensajes que nos manda nuestro corazón, antes de decidir, aparentemente podrían tomar mejores decisiones y esto, parece ser, que solo se consigue con estar en el momento presente y agradecer, siendo capaces de ver lo que tenemos (abundancia) y no en lo que nos hace falta (carencia).
3 comentarios
Me suena mucho la descripción y creo que tienes razón en vez de hacer dietas debemos cambiar hábitos. Voy a probar con los 5 y tu libro, ya lo voy a descargar. ¡Gracias!
Mil gracias por los consejos! Los pongo en practica desde ya, que falta me hace 😉
Karina que razón tienes
A mi siempre me ha costado cuidar la alimentación en largos periodos de tiempo. Me encanta comer! No ha sido hasta que he visualizado como tu dices cómo me quería ver, cuando he empezado a conseguirlo.
Seguire todos tus consejos! Gracias!