Cuando empieza el año, nos llenamos de nuevas intensiones, esas ideas que tenemos dando vueltas de hacer cambios, parece que la fuerza del año nuevo nos regala la oportunidad de ponerlas en práctica, pero luego, cuando nos ponemos a ello, parece que no es tan sencillo y así lo vamos posponiendo.
Nuestro cerebro odia los cambios de hábitos, porque son sumamente incomodos y estresantes y, como vivimos en un mundo donde precisamente, es el estrés lo que más abunda, nos resulta muy cuesta arriba asumir nuevos reto. Sin embargo, cuando los conseguimos, es gratamente satisfactorio.
Yo empecé este año con el propósito de eliminar de mi dieta el azúcar y hacer una limpieza de cereales, sobretodo refinados. Cuando empecé me sentí totalmente perdida, no sabía qué comer, ni como llenar mi estómago, imagínate por un momento: yo, que trabajo día a día acompañando y enseñando a personas a comer ¡me sentí totalmente perdida!. Me dí cuenta que no era más que una artimaña de mi cerebro para dejar el propósito y volver a mi zona de confort, a lo conocido.
Hoy llevo 10 días sin tomar azúcar, ni cereales y ya me siento cómoda, además que estoy consiguiendo mi propósito, sentirme más ligera, limpia y menos dependiente del dulce.
Por su puesto que esto no es para siempre, volveré a comer cereales integrales, pero de seguro lo haré con más consciencia, menos atomatizado, más pausada y con menos ansiedad.
Cuando quieras hacer un cambio de hábito, primero debes de tener muy claro que es lo que te molesta de tu situación actual. ¿Alguna vez te ha molestado una etiqueta de tu ropa, en el cuello, o de un lado de la blusa o en el pantalón? Esa molestia que es continua y sin embargo tardas un montón en buscar la tijera para cortar la etiqueta, hasta que un día la arrancas, aunque rompas la prenda y luego te arrepientas ¿Te ha pasado? Pues ese es el punto que debes buscar ¿Qué te está molestando de tu situación actual? ¿Qué quieres cambiar?
Y seguidamente busca tu ¿Para qué? ¿Para qué quieres cambiar de hábitos alimenticios? ¿Qué beneficios vas a conseguir con este esfuerzo? Por que esto será la motivación que te ayudará a aguantar todas las artimañas de tu mente para no hacer nada, para no moverte de tu zona de confort.
Si no hay una etiqueta que te moleste lo suficiente para buscar la tijera y no arrancarla para luego arrepentirte y, si tus “paraqués” no son de suficiente peso para estar un tiempo incomoda y para cambiar prioridades y sacrificar otras, te invito a que sueltes esa intención, porque no deja de ser un debería más en tu lista y eso solo va hacer que te sientas frustrada y muchas veces agotada de tener una tarea en tu lista de intenciones que no vas a tachar.
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