Seguro que has leído otros post míos y sabrás de la importancia que le doy a las emociones y la alimentación y cómo están presentes en nuestros hábitos y conducta alimentaria. Hoy te voy hablar de ellas para comer sano.
Son distintas las emociones que nos hacen comer: rabia, alegría, tristeza, frustración o aburrimiento. La culpa se ha convertido en la emoción preferida cuando nos hemos acostumbrado a comer desde el hambre mental: alimento bueno, alimento malo. Bien sea desde la mentalidad dieta: engorda o no engorda, o desde la mentalidad salud: es saludable o no.
Así, nos sorprendemos desayunando todas las mañanas «sin culpa» galletas ecológicas de avena con azúcar de caña, en vez de las galletas de toda la vida, con el pensamiento de que son «buenas». Cuando en realidad lo que comemos es igualmente un alimento altamente procesado o bollería, solo que con ingredientes más caros.
Lo mismo pasa en el juicio de la dieta, consumimos alimentos light, o «sin azúcares añadidos» cargados de edulcorantes que no engordan, pero son altamente nocivos para nuestra flora intestinal y por consecuencia para nuestra salud.
Y todo esta en el hambre mental, en lo que dice tu mente con respecto a ese alimento. Así, te sentirás bien si ingieres ese alimento que ha seleccionado tu mente como «bueno» y te sentirás culpable si no es así.
¿Cuál es la consecuencia de la culpa en la alimentación? la misma que en la vida misma. Si hago algo en lo que siento que me he equivocado, debo de recibir un castigo ¿Cómo nos castigamos con la comida? ¡soltando todo! Sí he comido algo que «no es bueno» (juzgo) sigo en esa línea el resto del día, semana, mes. ¿Te suena el dicho de perdidos al río?
¿Qué podemos hacer para salir del hambre mental?
Intenta conectar con tu cuerpo, ve más allá, conecta con tu ser. Observa y acoge tus dificultades actuales con la comida sea por salud o por peso, desde un lugar de no juicio ¿Cómo? aceptando en cada momento que elijas el alimento que elijas es lo mejor que sabes hacer en ese momento. De esa manera el hambre mental irá aflojando y empezarás a escucharte. Eso te alejará de la culpa y poco a poco serás capaz de elegir desde el alimento que te cuida y respeta en cada momento.